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jueves, 30 de abril de 2009

Muere uno de los últimos héroes reales del filme 'La gran evasión'

Alex Lees hizo desaparecer 200 toneladas de tierra excavada de tres túneles en una prisión militar | Huyeron 76 presos pero sólo tres lograron la libertad; el resto fueron capturados y 50 de ellos, ejecutados

En Escocia se le considera un héroe. Lees, que acaba de morir a los 97 años y cuyos funerales se celebraron ayer, era uno de los tan sólo tres supervivientes de la prisión de máxima seguridad de la ciudad de Füssen, a la que fueron llevados centenares de pilotos de las fuerzas aéreas británicas y norteamericanas capturados, y de la que se suponía -según su director, el coronel Von Lugar-que era "imposible escapar".

"Los alemanes nunca sospecharon nada -comentó Lees hace poco-. Muchos éramos escoceses, y hablábamos en gaélico para que no nos entendieran, incluso dimos algunas clases a los ingleses y a los yanquis para transmitir las instrucciones necesarias. La película -de 1963, dirigida por John Sturgess- cuenta la historia con bastante precisión".

La gran evasión -culminada el 22 de marzo de 1944- consistió en cavar tres túneles de diez metros de profundidad bautizados como Tom, Dick y Harry. Los únicos candidatos a la fuga fueron los oficiales, muchos de los cuales hablaban alemán y tenían por tanto más posibilidades de alcanzar Suecia, Suiza o España. Lees no figuró entre los elegidos por carecer del rango necesario (fue hecho preso en Creta en 1941, cuando conducía un camión militar) y su papel consistió en desparramar en su huerto de tomates la arena -hasta 200 toneladas- que los excavadores fueron llevándose en los bolsillos durante 13 meses. Otros fabricaron documentos falsos y ropa de paisano.

"Yo nunca habría conseguido salir de Alemania", comentó el jardinero fiel después de una conversación vía internet que tuvo hace dos años con Jack Harrison y Melville Carsson, los dos únicos supervivientes del campo que quedan ahora vivos. Aunque la idea era que escaparan cientos de presos, al final sólo lo hicieron 76 porque los carceleros descubrieron el primer túnel y el segundo fue utilizado para despistar. De ellos, 73 fueron capturados y 50 ejecutados por la Gestapo por orden expresa de Hitler. Tres lograron huir.

Alex Lees permaneció en el Stalag Luft III hasta el final de la guerra. Regresó a Escocia, recuperó su trabajo en una empresa de seguros, se casó y tuvo dos hijos. Desde hacía cuatro años vivía en un asilo para veteranos de guerra, cuyo director, Martin Gibson, dice: "Era querido y respetado, y nos dejaba con la boca abierta cada vez que contaba la historia de la gran evasión, sobre todo el error de cálculo que hizo que el túnel se quedara seis metros corto, antes de alcanzar la zona boscosa que les ofrecía protección". Entre las posesiones que Lees conservó figura un mapa dibujado a mano del campo de concentración y los tres túneles que eran el pasaporte a la libertad.
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