El Ministerio de Industria aprueba y luego desaprueba la TDT de pago

Nuevas y más hondas meteduras de pata del Ministerio de Industria. El equipo de Miguel Sebastián emitió hace unos días un comunicado de prensa que anunciaba la posibilidad de que los operadores privados pudieran solicitar una autorización para prestar servicios de pago a través de la TDT. Es decir, que se ponía en marcha la posibilidad de ofrecer algún canal de pago a través de la Televisión Digital Terrestre. Pero esta novedad duró sólo unos minutos.

Horas después del comunicado, y tras las reacciones negativas de algunas cadenas de televisión, el Ministerio tuvo que enviar a todos los medios una segunda nota de prensa en la que aclaraba que el Gobierno no había autorizado en absoluto la TDT de pago. Vamos, lo que se llama una metedura de pata

La primera nota de prensa daba a los operadores privados la potestad de solicitar una autorización para empezar a prestar servicios de pago a través de sus canales TDT. Unos servicios que podrían estrenar después de recibir el visto bueno del Gobierno. Pero la idea no gustó a todas las cadenas, ya que no todas tienen contenidos adecuados que sirvan para ofrecer un canal de pago. Y en el caso de Cuatro del Grupo Prisa, esta posibilidad sería competencia de su propio servicio de televisión por satélite, también de pago. Entre los beneficiados estaría La Sexta, que sin duda está preparada al tener concesiones para comercializar ofertas de fútbol de pago.

Así que, al poco, llegó la segunda nota de prensa. Un comunicado donde se desdecía de lo anterior. Y se aclaraba que el proyecto ha quedado en pausa y a la espera de que las nuevas medidas pasen el filtro del Consejo de Ministros.

La única condición que por ahora ha puesto el Ejecutivo es que las cadenas emitan para un mismo decodificador digital, ya que de los 15 millones que existen en España, la mayoría permiten cambiar de canal pero no son interactivos, los que ofrecen la posibilidad de efectuar pagos.

Veremos si llega otra nota de prensa sorpresa, en una discusión que parece algo prematura. Sobre todo después de saber que la implantación real de la TDT en los hogares avanza a paso de tortuga.